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domingo, 26 de marzo de 2023

Los Padrinos rojos.

 

El diablo los cría y la codicia los separa.



Luis A Ramírez.

 

I.

 

Una pandilla de forajidos ha sido expuestos al sumario público. Las acusaciones por estafa, robo o corrupción están siendo significadas por cifras astronómicas en las redes. El fardo más lumpen de la burguesía presuntuosa transmuto a los límites de la acumulación grosera. Según fuentes abiertas, el ocaso se produce tras el derrumbe del banco USA Silicon Valley Bank. De tal manera que los nexos de la corrupción desbordan atesoramiento de capitales en los circuitos del capitalismo financiero internacional. Con lo cual se hace evidente que lo del bloqueo es una burda mistificación favorable a los padrinos del enriquecimiento fácil. El zar de los criptoactivos Joselit Trinidad Ramírez evidencia de como las fortunas a las sombras del poder hacen pareja con un elevado grado de corrupción y de palidez moral, desvanecido el califato, el prospecto oligarca rojo quedará como triste nubarrón, ahora su codicia no alcanzará ni para hacerse lluvia.

 

II.

 

El desenlace de información comenzó del domingo para lunes, el gobierno estreno la policía anticorrupción. Lo catastrófico de la real política no es el deplorable suceso, más si el bostezo con el que el chavismo pobre recibió la noticia: después y que el gobierno transmuto a régimen de los oligarcas rojos, el mismo ha llegado al extremo de no creerse así mismo. Para el proletariado venezolano el gobierno es la peste sobre el estado, en ese marco el plan anticorrupción sería él ardí de incendiar la casa, escamotear la realidad y así salvarse de la acusación moral de los tribunales de la historia.

 

III.

 

La revelación del affaire se produce en unas circunstancias sociales en el que él ¡ay! Es el signo de que el estómago de la calle arde. Mientras, en el extremo social de la opulencia, los gustos osiánicos de los mimados se nos dejan perplejos. La pregunta inmediata sería: ¿el quién?, o ¿quiénes?, consintieron los nidos donde se formaron infames conjurados sobre la cosa pública. Su actuación provoca repulsa colectiva y por corruptos deberán quedar clavados en la picota del desprecio público. Con la deplorable información, la república se asfixia y el régimen político en el poder da cuenta de la descomposición de un cadáver insepulto.

 

IV.

 

Ahora y con las múltiples evidencias en las redes, no hay modo de escamotear las verdades procesales en lo hoy juicios públicos del barrio. El padrinazgo cruzó, el riachuelo del agua estancada. El que la policía anticorrupción presente al sumario público una ex consentida fracción política y económica del poder, indica el grado de descomposición del Estado político. Lo cierto es que valorando la situación se desprende un misterioso desarrollo en marcha: ¿acaso?, proscribiendo de raíz poderosos intereses, se intenta detener la despedida lapidaria del nefasto y puro poder de otros jerarcas. O es una vulgar comedia que intenta escamotear la verdad prohibida: el gobierno juega a Washington, veamos. El negocio petrolero de la Chevron y la violación a la legalidad constitucional y ley petrolera. El acuerdo con las petroleras, las cámaras: petroleras, Fedecámaras, Venamcham es el punto controvertido de las actuales fracturas gubernamentales: En ese mar de la mercantilización de las riquezas naturales, cada padrinazgo demanda una cuota del botín.

 

 V.

 

Tal y como indican los hechos, el auto exorcismo rojo hizo estallar en pedazos la columna Vendôme del exministro del petróleo; Tareck El Aissami. El control de PDVSA Y EL MINISTERIO es un signo de que la guerra de tronos es una guerra de posiciones. En esa discusión entre las fracciones de poder están participando la geopolítica internacional. El representante de la burguesía árabe libanesa no está solo y en la coexistencia de las fracciones rojas sobre el poder de Estado el mismo es un barón rojo. El controvertido espectáculo se produce en un momento en el que el campo político le caracterizan dos aspectos que minan la ingobernabilidad del liderazgo político envejecido: 1.— Las luchas de los trabajadores por reivindicaciones salariales y desarrollo de un liderazgo con fuerza propia y 2. — Las intenciones del PSUV sobre el PCV. El maquiavélico propósito convierte a los comunistas y su tarjeta electoral en la clave política de la coyuntura: diremos “el grano de la dialéctica histórica”.

 

VI.

 

 En el contexto de la crisis de gobernanza se prefigura una operación tenaza. La política por arriba desarrollan golpes palaciegos. Los planes de develación de extorsiones en las alcaldías, gobernaciones y ministerios, serían los salvadores ante la descomposición moral. Y, por debajo, aniquilan a la crítica de la izquierda radical, dirigentes sindicales, militares patriotas, al PCV y otros. Finalmente, con el anuncio del pentágono se evidencia que el plan contempla el respaldo de la geopolítica Made in USA a los jerarcas de Miraflores, cuya única discusión programática es ¿dónde hacer?: el próximo negocio.

 

 Rendición de cuentas, ¡Ya!

 

Luis A Ramírez. 22/03/2

0424 -4965660

miércoles, 1 de marzo de 2023

Febrero del 92, la cuestión del Estado y la “Crisis histórica”

 



Luis A Ramírez.

 

Hace 31 años el litigio político alcanzo el brillo de las armas. En las clases explotadas criminalizadas el 27 y 28, aquello significo una opción constitucional legítima. Mientras que para los intereses materiales de la sociedad: el sonido de los sables se tornaba en una opción necesaria, al Estado de ingobernabilidad.

 

La escisión gobernante y gobernados tenía como acusación material la distancias entre la opulencia y la pobreza social. Para el momento los políticos del statu quo habían transfigurado a oligarcas. El dramaturgo Ignacio Cabrujas metaforizo el contraste entre los adecos pobres y adecos ricos. Y, sí correspondiera relacionarlo con el presente exclamaría: ¡Otra Vez! Los mentores políticos del 92. Transmutados a oligarcas, refundaron el régimen de la oligocracia roja

 

II. Para la fecha del 1992 el partido del gobierno comenzaba a transmutarse en un trapo viejo. La hegemonía política sobre las clases explotadas y oprimidas se desmoronaba en modo irreversible a pesar y de que de su lado los poderosos medios mistificaban la realidad con discursos del ocultamiento.

El régimen de la primera partidocracia venezolana había terminado. La contradicción central de la sociedad entre la acumulación capitalista y los debilitados ingresos salariales agitaba las calles. El antagonismo social traducido al marco legal; lo expresaba el contraste entre razón constitucional y lógica de medidas clasistas del Estado del capital. En consecuencia, la violación de los derechos sociales y económicos era el signo que elevó.: La contradicción principal a la superficie. En ese marco las subjetividades clasistas y colectivas de los trabajadores se entrelazaban como las conciencias impugnadoras a las élites de los partidos, como de las fuerzas armadas: una vez más la historia del país era el escenario político de lucha entre las clases. En las condiciones materiales de producción: la lógica capitalista había llegado a los límites de: 1.- Estancamiento de la acumulación, 2.-Baja productividad del capital, 3.- Debilitamiento del subsidio petrolero a la tasa de ganancia. En ese marco el discurso político del viraje estratégico de la “Gran Venezuela” (1988), intentaba consensuar entre las clases sociales en conflicto: aplicando un plan económico de ajustes. El régimen partidocratico en su descomposición ética y moral sería su negación principal y en seguida el impulso de altas tasas de explotación desde la lógica capitalista encontró resistencia social, los tiempos comenzaron a sincronizarse. Que el plan de ajuste concebido desde las guayas neoliberales haya vuelto con las sombras del ‘Wall Street’, resulta la principal acusación ideológica de los trabajadores. Al actual régimen político. El sarcasmo histórico es ver como la partidocracia del pasado hace maridaje con la oligardocracia del presente. En ese sentido la crisis del “hegemonía política roja” es signo político; de una situación en la que la movilización de los trabajadores de la enseñanza demostró ser fuerza propia, autónoma y beligerante. La jerarquía de los anillados del gobierno además de perder la calle, se les debilitó la capacidad cohesiva sobre las legiones de funcionarios del chavismo empobrecido. Siendo así.: En el devenir de la “crisis histórica”. <<El poder del Estado es el centro de la problemática revolucionaria>> (Lenin, V).

 

III. En el marco la crisis de gobernanza en los 90. La subordinación política desde la guerra contra el enemigo “terrorista” y todas las formas prostituidas del engaño habían perdido audiencia. Si hace treinta años y al horizonte de la tierra quedaban palmas y conucos, ahora es un territorio que arrasado doblo a desierto. Ya para 1990 la capacidad cohesiva se debilitó y en ese orden la inteligencia política presumía un acontecimiento intempestivo.: El cálculo de la inteligencia relacionaba fractura militar en proceso con el acumulado de fuerzas populares y estudiantiles. En poco tiempo la situación se metaforizó con ¡amaneció de golpe! Leído desde la explicación materialista de la historia: la contradicción entre clases sociales había elevado la crisis a la superficie. Desde 1989 sé entrelazaban múltiples movilizaciones contra la desigualdad social como contra las jerarquías oligarcas. El generalato y los mandos rumian explicaciones para detener el deslave. En el devenir dialéctico el concepto de “crisis histórica” intentaba dar cuenta de los en trabamiento entre: la lógica capitalista privatizadora de la economía, los recursos del subsuelo, la crisis del Estado petrolero y de los estrangulamientos propios de una formación histórica social capitalista. Para el régimen de la dominación la suerte estaba echada.

 

 IV. El jerárquico dominio político había llegado a los límites de lo insostenible. El Estado que en su dialéctica de coerción-hegemonía sostenía los mandos políticos del orden, alcanzó el punto en que la suma de coerción más coerción tiende ser igual a cero. La conciencia histórica del momento convocaba. Y, en la calle se tejían la rabia y el orgullo. Para este instante el principio dialectico de <<la negación de la negación>> se objetivó en el movimiento de lo real y la conciencia de la burocracia civil y militar comenzó a consentir el desborde social. En consecuencia, la movilización de la calle se tornaba en ese sentido una posibilidad para lo cual el programa y la estrategia de poder eran evocadas por los sujetos concretos, en lucha. La tensión entre fuerzas, no se inflaba por la acumulación orgánica de la insurgencia; más sí por la crisis irreversible del liderazgo partidocratico. El mismo convocaba a su propio desplazamiento. Un hecho anecdótico resultó cuando el secretario general del partido en sus delirios de última hora convoco a su militancia a frenar la revuelta popular de febrero de 1989. El carpintero y los viejos militantes de barrio voltearon la espalda y la soledad comenzó habitar las casas del partido. En el desenlace de 1992 cualquier chispa ardería la pradera y como en el presente. La división entre adecos ricos y pobres era la confesión pública de la estafa. Los mercaderes del voto controlaban el poder, pero la democracia volvió en las calles. La potencia del poder constituyente prefiguro formas de contrapoder. Y el imaginario político de la izquierda insurreccional convocaba con las consignas tácticas: Asamblea popular constituyente, Asambleas de los barrios y de la desobediencia popular y de unidad cívica, religiosa, patriótica y militar.

 

V. En efecto las relaciones de poder cruzadas por corrupción moral, el atesoramiento de capitales y la narcopolítica tenían el poder a discreción de designar ministros, diputados y a quien asignar contratos petroleros y militares. En ese orden la lógica del poder burocrático se había transmutado en el poder nefasto por encima de la legalidad constitucional, de la razón de Estado y de la sociedad. Ahora y cuando hacemos analogía entre el presente y el pasado a este último se le provoca un espasmo. El antagonismo entre el pasado y el presente no remite a la contradictoria relación entre endemoniados del ayer con los apolíneos socialistas del presente. Treinta años después, las mariposas amarillas del amanecer transmutaron a mortajas y nos llevan de vuelta a tormentosos tiempos. Si los de ayer eran pretenciosos los de hoy lucen prepotentes doblados a villanos: una jerarquía sobre el poder de Estado, troquelada a oligarcas salvajes.

 

VI. Sigo: la cuestión del ‘poder de Estado’ se había convertido en el centro de la problemática revolucionaria. Las heridas del 27 y 28 de febrero interpelaba todas las interpretaciones políticas y en consecuencia la pregunta inmediata era.: ¿Él hacia dónde vamos? La misma adquiere rango de pregunta programática. Ella era el centro de las discusiones políticas, tanto en las clases dirigentes como en franjas universitarias, clases media y de las clases oprimidas. El siempre Estado de excepción y de la democracia restringida dejaba un resquicio a la legalidad y la cualificación de las soberanías populares era un objetivo de los protagonistas políticos cristianos, marxistas, ecologistas y mujeres libertarias. Los fascistas enseñaban los dientes sin llegar a los extremos de la fascistización total. Los cabilleros entrenados para aterrorizar al magisterio de los 1970 y 1980 hoy han sido superados por bestias: Las mujeres del magisterio venezolano convocaron a movilizarse por el pan y los ancianos secaban las lágrimas del suplicio. Cualquier hombría ha debido encenderse de indignación. Cuando un prepotente nazi fascistas anuncio dar palizas a las maestras y ¡Sin lloriqueos!

 

VII. Vuelvo: La rebelión militar de 1992 llego para reordenar la crisis de dirección de política tanto del Estado como de la Sociedad. El cuartel comenzó a desplazar la universidad como centro de conducción y agitación política. En una primera fase y estando detenidos los insurgentes en el San Carlos el río humano de visitas dibujó una meca

 En poco tiempo los rebeldes se convirtieron en un signo político. En la segunda fase el nuevo tablero de ajedrez, termino ordenado a partir del año 1998. Fracciones burguesas y clases populares se dividieron entre una y otra candidatura. Así mismo y entre 1992 y 1998 el liderazgo del “por ahora” se lo disputaban individualidades de izquierda como de derecha, finalmente esta última termino organizando tanto el aparato burocrático militar y civil. Tal y como se leen los acontecimientos del presente: la derecha del pasado parió los vástagos que vinieron a dar forma a la actual forma Estado. Entrelazado entre el cesarismo político derechizado y de un capitalismo financiero, extractivista y neoliberal. Al Constituirse la burguesía roja como fracción económica y política dominante. Organizaron un nuevo bloque de clases en el poder. En efecto hoy se desarrolla sobre las clases explotadas y oprimidas un catastrófico darwinismo social; fundado en salarios de hambre. Resultando paradójico el hecho de que el mismo se propone alcanzar los objetivos sobre los hombros de las clases explotadas y oprimidas, el siempre negado y condenado Plan de Ajustes Económicos neoliberal de 1989. Siendo así podemos concluir: lo que fue expulsado por la puerta de la historia ha vuelto por la ventana de los cuarteles. El gobierno cívico militar se transmuto a poder ejecutivo de la burguesía. En ese sentido corresponderá a los historiadores la perspicaz pregunta de las novelas negras: ¿Cuáles fuerzas conjuradas con las inteligencias imperialistas?, y extranjeras jugaron y juegan al ajedrez político tras bastidores: Hoy el poder ha vuelto a ser una relación social asimétrica y endosada por los nuevos propietarios: las Designaciones en las cumbres del Estado son complementos binarios: entre los semiletrados burgueses rojos y la burguesía pro imperialista de siempre. Aquí podemos concluir la historia primero se vivió como tragedia y ahora se ha realizado como farsa.

 

Luis A Ramírez.

 

28/02/23.