Cuando el gobierno es
trinchera antimperialista.
El domingo 18 de agosto se anunció: “el gobierno de Gustavo Petro,
firmó el decreto a través del cual Colombia establece una prohibición a las
exportaciones de Carbón a Israel". La Casa de Nariño adquirió el brillo
antiimperialista y el espíritu del simbólico
"CHE", se fue a residenciar en el palacio de gobierno. En las circunstancias
históricas, en que trapos viejos de lo
autoritario hacen cadencia con los despojos fascistas del pasado
latinoamericano. El gobierno del Pacto Histórico flamea las banderas del mítico poder revolucionario de Salvador
Allende Gosssens. Hago referencias al socialista y medico chileno, quien,
crecido de legitimación popular y abrazado con las lágrimas de la constitución
chilena, se despidió leal a una voluntad popular martirizada por las bayonetas.
En la temporalidad latinoamericana; el péndulo de la historia, da cuenta de unas
circunstancias de luces y sombras: un régimen minotauro inflado desde las
ergástulas para adolescentes, el fascista tártaro sobre la casa rosada y el
fervor revolucionario en la Colombia de Eliecer Gaitán. El presidente
colombiano dio muestras de coraje, la iniciativa es el acento ético político,
por una salida al genocidio sobre niños y civiles palestinos. No exagero al
decir que para la gobernanza imperialista made in USA; Gustavo Petro pasará a
ser el profeta más odiado del Pentágono petrolero.
La espada del Libertador, adquirió brillo decoroso en Colombia.
En el marco de la coyuntura internacional; mientras la perfidia de los perros de la guerra se
sonríe con las inversiones de Wall Street. Las concentraciones civiles de masas; se
unifican en el grito que acusa a la violencia sobre civiles y niños. En varias metrópolis
las manifestaciones enaltecen, al
espíritu colectivo en defensa de la “condición humana”. En ese marco la
iniciativa del exmilitante del M19; es el sable bolivariano sobre el horrendo
infierno. Si para la camarilla nazifascista, la respuesta a los derechos
palestinos. Es instrumentar un molino de genocidio e infamia; a ellos le
sobreviene un huracán de ostracismo litigioso. En ese sentido el decreto de
Petro, dobla en imperativo moral y las faldas montañosas de este lado del
continente se agitan de gloria. Con
razón ya se cuenta en los relatos de Bogotá, que en el palacio de Nariño; la
espada del libertador Simón Bolívar brilla decorosa. No enviar el carbón, pero además el petróleo,
el litio y cobalto. A la venenosa
nefanda de Israel, inflará de gloria las venas abiertas de la América.
Con el imperialismo “ni un tantico”.
Pero el relato no
termina allí; en la América de Antonio José de Sucre, de José Martí y Francisco
de Miranda. Nunca falta la clavija que sobre el poder del Estado; haga de su
territorio el barrueco vergonzoso, los barruecos de la desintegración. Si en el
palacio de Nariño; Petro escribe edictos con palabras de apóstol y camina con
charreteras morales de mentor bolivariano; en la casa Rosada de la República
Argentina cayó una lepra. El Mileí, quien no disfraza su representación
fascista; inauguró su política exterior decretando apoyo irrestricto a la
pandilla endemoniada sobre el poder del Estado de Israel. Como el Mileí los neoliberales
compulsivos, se proponen arrasar los derechos conquistados por los
trabajadores, pero a su favor hay que reconocerle. Los zumbidos nazifascista
contra los trabajadores no los enmascaran con el fetiche en que han convertido el histórico término antimperialista
y mucho menos con caricaturas de socialista. A decir verdad, es un político sin
ambages, tiene legitimación electoral y es consentido en los círculos
financieros por su representación fascista. El citado proyecta ser la clavija emergente e ilustrada,
para la restauración del capitalismo puerco del continente; el ultraneoliberal en
su apologética discursiva, dobló a Milton Friedman. El anterior economista
neoliberal estadunidense, quien complementó la maquina represiva de Augusto
Pinochet; tras el golpe de 1973. En el continente la clave de un capitalismo de bayonetas; contempla
un inicial proceso de legitimación de regímenes de fascistización, sobre los
trabajadores. Se trata de aplicaciones de dispositivos jurídicos; de formas particulares
que van arrinconando al derecho y posteriormente se totalizan, como estado
fascista. Así lo explicó, hace un siglo, el camarada “Dimitrov”; el comunista
búlgaro sentenció “…antes de la instauración de la dictadura fascista, los
gobiernos burgueses pasan habitualmente por una serie de etapas preparatorias y
realizan una serie de medidas reaccionarias, que facilitan directamente el
acceso del fascismo al poder”. En ese orden y en el hoy capitalismo financiero
y extractivista mundial; “el régimen de la fascistización”; sobre los
trabajadores es el blindaje a las altas tasas de ganancias. Una situación que
traduce; blindaje del poder del capital sobre el trabajo; un ataque a las condiciones
de vida y las altas tasas de plusvalía. En el allí, y donde las vivencias de la
clase obrera son desgarradoras; las palabras sobran. Un antagonismo de clase
que traduce vivencias del concebido darwinismo social, en el que “los ojos se
ahogan de lágrimas”. El hecho en cuestión es el pan nuestro de cada día; así lo
acusó Federico Engels, hace más de un
siglo: “la clase obrera (…) las grandes masas obreras viven ahora tan malo como
siempre o incluso peor”.
Compromiso histórico con los explotados y oprimidos.
En sentido contrario el militante de la izquierda colombiana;
el hombre que por su generosidad no admite los principios de las bayonetas. Ha
lanzado una onda a lo David; y la decorosa pica indígena traspasó al Goliat
imperialista USA. El valeroso lanzamiento no provocará la caída del
imperialismo, pero si la palanca que moraliza
la subjetivación mundial de las multitudes. La iniciativa del gobierno
revolucionario; da cuentas que UN COMPROMISO HISTORICO con los explotados y
oprimidos colombianos; es radicalmente distinto a pactos entre las sombras. En
el palacio de Nariño el imperativo categórico que flamea a la izquierda
insurreccional colombiana, es el principio guevarista: “con el imperialismo “ni
un tantico”.
No más carbón colombiano a Israel.
Ya sabemos, la extendida y serpenteada realpolitk
imperialista; Protege al Benjamín Netanyahu de Tel Aviv. En ese sentido el
citado tiene tanto valor estratégico como él de la Casa Rosada. En “la guerra
de la globalización económica y militar”; en la que los imperialismos se disputan cuál de ellos domina el imperio
global; tanto Israel, argentina y Venezuela serían para la extensión de los tentáculos imperialistas: grandes “Grossraum”.
Es decir, grandes espacios territoriales de poder a sus órdenes. Siendo así la
iniciativa del revolucionario colombiano, representa un sígnico de la tradición
emancipatoria latinoamericana: “no más carbón colombiano a Israel”; sería en
sentido literal: la espada que sobre el
territorio continental; deja una clara demarcación moral. Una iniciativa de
alta política, que agitara a las determinaciones morales; a defender la
condición humana de las bayonetas. En la ética de la emancipación sudamericana,
que valía podría tener un poder que no
defiende los derechos fundamentales del hombre. Finalmente, el gobierno del
pacto histórico, está demostrando que entre el camarada Petro y los halcones
petroleros del Pentágono, no hay maridaje de alcobas.
En definitiva, Gustavo Petro demostró ser la vocación
política necesaria; de un continente agitado por él fervor revolucionario y en
ese marco es la onda moral del coraje. La inclemencia
represiva de los 1980, en contra de su militancia política; transfiguró en
generosidad: “ni fue cobarde, no es represor, ni traidor”.
El
gallardo del M19; el compañero de Jaime Bateman; conserva intacta el manto de
principios éticos. Así respondió en fecha reciente a las acusaciones de Daniel
Ortega: “Al menos no arrastro los derechos humanos del pueblo de mi país y
menos los de mis compañeros de armas y de lucha”. Gustavo Petro, ha sido categórico para reivindicarse
en “la ética de la diferencia” (Badiu). Y antes que reprimir, el será un manto
de firmeza ideológica; reconociéndose frente a la existencia política del otro. Desafío a
cualquiera que presente pruebas donde su militancia de juventud y ahora en el
poder; haya sido embarrada por los tremedales del atesoramiento y la
corrupción.
En perspectivas morales tenemos enfrente un sujeto ético, un
sujeto político que por su autoridad moral permanecerá; inscrito en el devenir
del continente. En fecha reciente el inquilino de Nariño; aseguró ir a
despedirse en donde siempre brilla la espada bolivariana; en la plaza Bolívar
de Bogotá. Así lo indicó en la red X: “El día que salga definitivamente de este
palacio frío, espero en vez de salir triste, como anteriores gobernantes, ir a
la plaza de Bolívar y ante una multitud que la llene, hacer mi balance final.
Terminar en medio del pueblo”. Es decir,
cuando él haya dejado el congelado poder burgués de Nariño; y terminado su
mandato constitucional; volverá dechado de virtudes a vivir con la Colombia del
pacto histórico. Y rendirá cuenta a los caídos del M19; porque para el
revolucionario de la izquierda insurreccional: “la vida es más sabrosa en otra
parte”.
He dicho.
Luis A Ramírez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.